Antes de que la torre del reloj fuera convertida en el demonio, y mucho antes del nacimiento de Isaac. Incluso, antes de la construcción de la torre del reloj o de la era de la razón: Cuando el mundo parecía infinito y las cosas verdaderamente extrañas ocurrían con regularidad, de tal modo que el que no ocurriesen era un mal presagio, existía un pozo que conducía a las cloacas de la ciudad.
En aquel tiempo no existían fábricas que llenaran todas la superficies de su característica capa de ceniza industrial. En su lugar existían enormes cantidades de heces en los canales construidos en los bordes de los caminos.
La mierda lo era todo; era el motor que sostenía y creaba la vida, era transformación.
Nadie nunca se preguntó qué pasaría si se invirtieran las cosas alguna vez. Que la mierda heredara el mundo utilizando como combustible la sangre de nuestros hijos.
Ocurrió en un día donde todo el mundo andaba ocupado en sus asuntos como para mirar el pozo. Una maza de color marrón se retorcía en el fondo de la piscina de desperdicios y al mismo tiempo aglutinaba los mojoncitos más sólidos en sus cercanías. Adentro de la tibia masa que tomaba forma poco a poco, estaba creciendo un sentir que poco a poco se transformaría en una mente...
¡Es bueno!
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